El Tribunal Superior de Justicia de Madrid inicia un proceso contra los jueces
que no condenaron la negligencia de un anestesista
Se han cumplido 20 años desde que una negligencia médica dejara a Antonio Meño Ortega en coma vigíl irreversible. Resulta que la sencilla operación de nariz a la que se sometió cuando contaba solo 20 años –y que no era ni siquiera necesaria- se efectuó con anestesia general pero al terminar la misma fue extubado de forma precipitada -antes de que recuperara el conocimiento- y ello hizo que aspirase el vómito que le sobrevino al no tener reflejos en la glotis y sufriera un broncoespasmo y una anoxia durante varios minutos que le llevaron al coma.
La conducta claramente negligente del anestesista sería recogida de forma detallada por el juez de lo penal que llevó el caso y por ello lo condenó pero, recurrida la misma, la Audiencia Provincial decidió absolverlo de forma sorprendente. Pues bien, tras un largo proceso los padres de Antonio decidieron acudir finalmente al Comité de Derechos Humanos -con sede en Ginebra- denunciando la violación de su derecho a un juicio justo y alguien en ese Comité, sin identificarse y sin haber leído siquiera la documentación recibida, la echó para atrás. Por lo que acaban de pedir al Congreso de los Diputados, al amparo del artículo 20.1 de nuestra Constitución, que exija cuentas a ese Comité que desprecia por sistema a los humildes, esperando la respuesta en una tienda de campaña que han instalado en la Plaza Jacinto Benavente de Madrid.
Cabe agregar que finalizada la vía penal los Meño acudieron a la civil perdiendo en todas las instancias a pesar de estar cargados de razón siendo además condenados a pagar casi ¡400.000 euros! para abonar los honorarios de los procuradores y abogados ¡del anestesista, la clínica y las compañías aseguradoras!
La defensa que lograron los Meño a través de Fundación Jurei (Justicia Responsable e Independiente) -fundación que está en vías de desaparición por falta de apoyo tanto institucional como privado-, ha conseguido paralizar de momento el pago de esas costas al lograr que se admita nada menos que ¡una demanda de responsabilidad civil contra los jueces¡ que no condenaron el mal actuar del anestesista.
Algo que debería considerarse normal en cualquier país donde, como en el nuestro, cada año se dictan cientos -cuando no miles- de sentencias manifiestamente erróneas como lo prueba el simple hecho de que luego son anuladas o rectificadas por tribunales superiores, pero que se convierte en un suceso extraordinario al ser la primera vez -según tenemos entendido- que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid decide juzgar a unos jueces.
Lo singular es que el letrado que representa a los Meño, Luis Bertelli -miembro de nuestro Consejo Asesor-, acaba de publicar una obra titulada precisamente Jueces a juicio en cuyas páginas se cuenta entre otros casos no menos dramáticos que demuestran el grado de podredumbre de nuestro sistema judicial, la desgraciada historia de Antonio Meño.
En suma, unos jueces españoles han sido demandados para que den cuenta de las sentencias que dictaron. Y cuando esta revista llegue a los kioscos habrán debido ya contestar a la demanda presentada contra ellos. Pero, ¿les preocupará? ¿Sentirán el miedo a una posible condena, algo que hasta ahora parecía reservado en exclusiva a los demás ciudadanos? Nos tememos que no. El día en que los jueces tengan que responder de sus sentencias España se convertirá en una democracia real y eso no le interesa en modo alguno a quienes hoy la manejan a su antojo. Además para eso haría falta que nuestros jueces en las altas instancias fueran independientes del poder político y eso en nuestro país no ocurre. Aquí los poderes ejecutivo, legislativo y judicial no son independientes entre sí más que de manera formal, no real. Así que la iniciativa de Luis Bertelli y de quienes colaboran en su causa nos parece admirable y digna de elogio pero tenemos serias dudas de que prospere. Aunque si hay alguien que haya vencido a la Magistratura de este país ése es Luis Bertelli como demuestra su libro. De ahí que hayamos decidido entrevistarle en el próximo número para que nos hable de este caso y también de los otros que recoge en la obra que acaba de publicar así como de sus impresiones sobre el estado sanitario, político y judicial de España. Como bien saben cuantos le conocen no tiene freno a la hora de contar las verdades que los demás no se atreven y será interesante seguir el duelo que se avecina entre él y quienes según recoge la demanda “no impartieron una recta justicia”, máxime cuando van a juzgarles sus propios compañeros. Y es que Luis Bertelli lleva décadas exigiendo a los jueces en los tribunales que cumplan sus obligaciones.
http://www.dsalud.com/noticias_121_11.htm
Cuatro características corresponden al juez: Escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente. Sócrates..... El delito de los que nos engañan no está en el engaño, sino en que ya no nos dejan soñar que no nos engañarán nunca. Víctor Ruiz Iriarte..... Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo. Abraham Lincoln