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6 nov 2010

MADRES CON UN PAR

JUANA, MADRE DE ANTONIO MEÑO ORTEGA

Juana, reconozco que acabo de enterarme de quién eres a través de los informativos de primera hora de la mañana. Esa hora en que me tomo mi café aún medio dormida, esperando el momento en que hay que despertar a los niños y pelear con ellos para que desayunen, se vistan, se peinen, se laven los dientes, se limpien los zapatos, revisen las mochilas, por fin se pongan los abrigos y por fin salgan por la puerta de casa. Lo de todos los días de lunes a viernes.

Veo a Juana sujetándose el pinganillo en la oreja, abrumada ante uno de los cientos de micrófonos que probablemente hoy se agolpen ante ella, pero sin perder de vista a su hijo durante la entrevista. Está en la Plaza de Benavente, de Madrid. No es que su hijo esté correteando por allí, no es que su hijo esté esperando a que abran la puerta del cole y pueda que se despiste jugueteando con otros niños y por eso ella no le quita ojo.
Juana aparece bajo unas cortinas que parecen un dosel. Pero Juana no está en el salón de su casa. Al fondo parece que hay algún cuadro en una pared de color azul. Pero sólo lo parece. Es una foto de la Virgen de la Milagrosa. Y el cuadro no es tal cuadro, es una funda transparente de esas que usamos para guardar papeles. Según afino la vista y la cámara va mostrando más detalles, la pared de color azul es apenas un poco más alta que Juana. Ahora ya enfocan a su hijo. No es un niño. Es todo un hombre. La mano de Juana no se aleja de su almohada. Resulta obvio que su hijo debe de estar enfermo. Ahora ya lo comprendo mejor. Es que Juana y su hijo viven en una caseta como las que estamos cansados de ver en las obras. Tantas obras y tantas casetas. Cuenta que llevan ahí meses, ¡unos quinientos y pico días!.

Pienso en quinientos y pico días retrocediendo hacia atrás. El espantoso último invierno de nieves y lluvias, Juana y su hijo ya estaban allí. Recuerdo el espantoso último verano de calor de récord que nos chupamos en Madrid. Juana y su hijo seguían allí. Contando días, todavía me quedan bastantes meses para seguir retrocediendo en mi memoria. Pero ya no quiero echar más cálculos. Qué importa el tiempo de mi vida cotidiana como referencia para saber desde cuándo Juana y su hijo viven así. Siento tristeza al saber que entre esas paredes de chapa han estado acampados una madre de sesenta y tantos años y su hijo sin haberme enterado de nada. Es triste darse cuenta de que estas cosas están ocurriendo a la vuelta de la esquina mientras otros, incluida yo misma, vamos pasando hojas del calendario como si tal pascual.
Yo no suelo pisar Madrid, vivo a las afueras. La Plaza de Benavente me suena, la sitúo por el centro y yo procuro no ir por el centro. Ese Madrid tan castizo me agobia, siempre tan llenísimo de gente que sube y baja y te empuja y te golpea. Pero sí, soy capaz de situar el Ministerio de Justicia. Y aún más cuando el reportero comenta que Juana está plantada justo delante de su puerta principal. Madre del amor hermoso, nunca mejor dicho.
La historia de su hijo espero que entre en los anales jurídicos de nuestro país. Comienza con una intervención quirúrgica en principio sencilla pero que técnicamente no lo fue tanto. Entró al quirófano con 21 años y salió de él con un pasaporte al misterioso país del coma. Un joven alto, fuerte, estudioso, trabajador. Se acabó su carrera de Derecho. Se acabó su trabajo en la frutería de los padres. Se acabó la normalidad de su vida y la de los suyos. Otros tres hijos tiene Juana. Pero desde entonces sólo vive para éste.
El supuesto médico supuestamente negligente sigue trabajando. Tendrá una familia a la que atender, unos amigos a quienes visitar, unas vacaciones para descansar, en fin, una vida supuestamente normal. Yo no sé si yo podría vivir igual que antes con el recuerdo de Juana -y sobre todo del hijo de Juana- repiqueteándome en la conciencia. Tampoco sé si podría ser funcionario del Ministerio de Justicia y fichar cada día como si nada, sabiendo que esa mujer y ese hombre están ahí reclamando precisamente eso, justicia. O supuestamente justicia.
Primero un juez condenó al médico. El médico recurrió, ganó y otro juez condenó a Juana. No quiero ni imaginar a cuánto ascenderá la nómina de ese médico a cambio de su trabajo. Sin embargo, sí puedo imaginar lo que debe de suponer para Juana una condena a pagar 400.000 euros -amén de la condena de su hijo a permanecer en coma- para cubrir los gastos de notarios, procuradores y demás costas. Sus bienes embargados, lógico. Sin embargo, Juana con un par bien puesto acampada en la calle, mientras el médico, supuestamente con otro par, viviendo en una casa... ¿tal vez con jardín?, ¿quizá con piscina?...¿tal vez en un buen barrio de Madrid? ¿con aire acondicionado?
Por fin el Tribunal Supremo ha decidido reabrir el caso. No porque Juana esté con su hijo en una caseta de chapa así nieve o truene o abrase el sol, no. Es que por lo visto hace meses apareció de repente un testigo directo de aquella operación. Alguien que presenció todo en calidad de estudiante de Medicina en prácticas, pero que siguió viviendo su vida -también supuestamente normal- porque perdió la pista a Juana y a su hijo. Al saber de ellos a través de la prensa, este testigo decidió poner fin a su silencio. Y como tiene voluntad de testificar, pues el Supremo ya puede intervenir para ocuparse de Juana, del hijo de Juana y del supuesto error del médico que operó al hijo de Juana. Sin testigos, la palabra de Juana no era nada frente a la palabra del médico supuestamente negligente. En qué cabeza cabe que una frutera pueda tener razón ante una legión de médicos apoyando a un compañero. Juana podía decir misa. No soy quién para dictar sentencia sobre este caso, pero sí para testificar sobre el todopoderoso corporativismo del que hacen gala los facultativos en un momento dado.
Juana y los suyos han perdido todo. Realmente ellos son los perdedores de esta historia, no los procuradores ni esas retahílas de funcionarios, aseguradoras y demás a quienes Juana adeuda tanto dinero. Si Juana se hubiese resignado, su hijo seguiría en coma irreversible, pero al menos habría conservado su piso, su negocio, sus bienes. Si Juana se hubiese callado, seguiría igual de apalancada junto a la cama de su hijo. Su hijo no va a dejar esa cama diga el Supremo lo que diga. No habrá sentencia capaz de separarlos, de momento nada ni nadie ha conseguido hacerlo. "Por un hijo se hace cualquier cosa", dice Juana, mientras repasa cuidadosamente la funda de la almohada de su hijo, como lo habría hecho si hubiera podido estar en su verdadera casa haciendo una verdadera cama.
Es cierto. Por un hijo se hace lo que haga falta, se va donde haya que ir, se recogen miles y miles de firmas, aunque en el Congreso sus Señorías no hagan ni puñetero caso. Se abre un blog, se movilizan conciencias a pie de calle, se sufren insultos y agravios (sí, en este mundo hay gente para todo), se plantan pancartas y se convocan concentraciones, aunque los cristales del Ministerio de Justicia quizá estén tan sucios y blindados que ni se vea ni se oiga nada de lo que acontece medio metro hacia afuera. Serán ventanas donde no repiquetea el granizo ni resbala la lluvia. En el Ministerio de Justicia hay calefacción y aire acondicionado, también en el Congreso y en los quirófanos donde trabaja el supuesto médico que se atravesó en la vida de Juana y de su hijo hace veinte años.
Juana, perdona que hable más de ti que de él. Sé que lamentablemente tu hijo es el principal afectado de esta historia, que todo lo que has luchado y lucharás es por él y nada más que él.
Juana, perdona que te diga que gracias a vosotros hoy he vuelto a creer que hay mucha gente buena por el mundo. Como esos guardas jurados que, aprovechando que vigilan nuestro Ministerio de Justicia, que merece toda la protección posible, vigilan también tu vivienda de chapa, que para mí merece aún más protección que el Ministerio, por muy Ministerio que sea. Perdona que te diga que me parecen admirables tu marido, tus otros hijos y tantos ciudadanos que os acompañan, os humedecen la estancia cuando tu caseta se convierte en un horno y os llevan ropa de abrigo cuando tu caseta es un congelador.
Juana, perdona que te cuente que para mí un detalle de la entrevista de hoy en la tele me lo ha dicho todo y me ha dicho ya bastante. Que dejaste tu casa. Que primero fue una sombrilla con una silla de playa junto a su cama. Que luego fue una tienda de campaña, con camping gas y demás accesorios. Que después tuvo que ser lo de montar una caseta sobre unos palés. Todo eso es tremendo. Pero que vuestra caseta tenga hasta moqueta en el suelo y cortinas...¡eso me ha llegado al alma!.
Por un instante me ha parecido que estabas en una jaima. Una jaima de princesa en medio del desierto. Sólo una madre como tú podría atender a ese hijo viviendo en la pura calle, como tú lo haces, sin que parezca que estás abandonada y desahuciada. Eres una princesa que cuida de su rey en un mísero trozo de acera. Me importan un churro el Ministro, el juez, los diputados y el supuesto médico. A ti nadie te mueve de la puerta de tu caseta-jaima. No sé si verás pasar a tu enemigo por mucho que te sientes a esperar. Pero eso también me importa un churro. En el "pack" de hacer el mal va incluida la penitencia. Allá cada cual.
Juana, hoy me has dado una lección de cuánto y hasta dónde se puede llegar por amor a un hijo. Y quiero dedicarte algo que hasta ahora guardaba en la intimidad de mis recuerdos. Son tan solo unas palabras, eso sí, unas palabras muy especiales. Me las regaló uno de mis niños cuando apenas había cumplido cuatro años. "Mamá, eres lo más bonito del paisaje". Nadie nunca me había dicho algo tan bonito. Tu hijo no puede decírtelo, lo sabemos, pero seguro que lo siente. Eres una madre preciosa en medio de nuestro paisaje.
Mucho ánimo, Juana. Sigue echándole un par como hasta ahora.

Y gracias por haberme hecho escribir aquí otra vez.


MIÉRCOLES 3 DE NOVIEMBRE DE 2010



PUBLICADO POR ALMUDENA FRANCO

http://madresconunpar.blogspot.com/2010/11/juana-madre-de-antonio-meno-ortega.html

4 nov 2010

La madre del hombre en coma 20 años confía en que el Supremo haga Justicia :: Salud :: Medicina :: Periodista Digital

La madre del hombre en coma 20 años confía en que el Supremo haga JusticiaAgencia EFE, 03 de noviembre de 2010 a las 11:32
La madre de Antonio Meño Ortega le cuida en una tienda de campaña en la plaza de Jacinto Benavente de Madrid.

La madre de Antonio Meño Ortega, el hombre que lleva más de veinte años en coma tras someterse a una intervención de cirugía estética, ha confiado hoy en que el Tribunal Supremo (TS), que hoy revisa su caso, haga Justicia.
"Espero la Justicia que no se me hizo hace veinte años", ha asegurado Juana Ortega, a su llegada a la sede del Alto Tribunal, acompañada de su hijo, quien asistirá en una camilla a la vista pública.
Entre gritos de "valiente" y "coraje Juana" y aplausos de varias personas congregadas en la puerta -entre ellas la madre de otro chico que está en la misma situación que Meño en Lugo- , Meño ha llegado en una furgoneta acompañado de sus familiares.
El pasado mes de junio, la Sala de lo Civil del Supremo, siguiendo el criterio de la Fiscalía, aceptó revisar el caso de esta familia, cuyas demandas por negligencia médica contra la Clínica de Madrid, donde se operó, y el anestesista que le atendió habían sido rechazadas, por lo que tuvieron que hacer frente al pago de 400.000 euros por las costas del proceso.
El Alto Tribunal celebra esta mañana una vista para estudiar la demanda de revisión por negligencia médica presentada por los padres de Antonio Meño después de que un nuevo testigo, un médico que estuvo presente en la intervención quirúrgica que tuvo lugar en 1989 en la Clínica de Madrid asegurara que en contra de lo que se creía hasta ahora el paciente no entró en coma al vomitar después de que lo desentubasen.
Según ese testigo, durante la operación observó que se producía una alteración del ritmo cardíaco, por lo que avisó al anestesista, que en ese momento estaba en otro quirófano.
Cuando llegó, el anestesista -siempre según el testimonio del médico que hoy comparecerá en la vista- comprobó que el tubo a través del que respiraba Meño se había desconectado.
Juana Ortega ha explicado a los periodistas en la puerta del Supremo que lleva esperando Justicia 21 años y cuatro meses y ha asegurado que no conoce al médico que va a testificar hoy, pero -ha dicho- "es un valiente", en el que confía porque "es el único capaz de levantar esto".
"Si todo se arregla el primer plan es descansar", ha añadido Ortega, para quien en este caso ha habido "muchas mentiras y cobardía" porque, según ha relatado, "mi hijo entró muy sano y me lo devolvieron así".
Hasta ahora, y después de agotar la vía penal y recurrir a la civil, tanto el juzgado de primera instancia número 11 de Madrid como posteriormente la Audiencia de Madrid -en 2000- y el propio Supremo -en 2008- habían rechazado las demandas de la familia y declarado que no existió negligencia médica.
El paciente, que cuando se sometió a la intervención -una rinoplastia- tenía 21 años y estudiaba Derecho, está en coma vegetativo desde entonces y desde hace más de un año permanece en una tienda de campaña junto a su familia en la plaza de Jacinto Benavente de Madrid, frente a una de las sedes de Ministerio de Justicia.
En este campamento tenían una pancarta en la que se podía leer "la Justicia en España no existe", que ha sido arrancada, según ha relatado la madre de Meño, quien ha recordado que anteanoche le dieron un golpe en la cabeza y tuvo que ser atendida por el SAMUR.
Preguntada sobre si ha recibido amenazas y sobre si puede que esa agresión fuera para que no pudiera acudir a la vista hoy ha contestado que "seguramentes sí", pero que las amenazas se las toma a broma.
La madre del hombre en coma 20 años confía en que el Supremo haga Justicia :: Salud :: Medicina :: Periodista Digital

El fiscal pide que se juzgue de nuevo el caso de un hombre que lleva 21 años en coma tras someterse a una rinoplastia

Un nuevo testigo declara que el anestesista no estaba en el quirófano cuando al paciente se le desconectó el tubo por donde respiraba


Antonio Meño, atado a una camilla desde 1989, ha estado presente en la vista durante unos minutos
El Tribunal Supremo ha revisado la demanda presentada por los padres de Antonio Meño Ortega, un hombre que lleva más de 20 años en coma tras someterse a una intervención de cirugía estética. / Foto: Efe
Vídeo: Atlas

El representante del Ministerio Público ha pedido al Tribunal Supremo (TS) que admita una demanda de revisión para que se pueda celebrar un nuevo juicio sobre el caso de Antonio Meño, un hombre que entró en coma hace 21 años tras someterse a una operación de cirugía estética -una rinoplastia- en una clínica de Madrid que resultó absuelta. Meño ha sido llevado en una camilla al alto tribunal, en medio de una gran expectación de periodistas y de público, y ha asistido a la celebración de una vista durante unos veinte minutos, hasta que ha sido trasladado a una sala contigua.

Este caso se cerró después de que un juzgado madrileño, la Audiencia Provincial de Madrid y el Supremo rechazaran las demandas de la familia al considerar que no existió negligencia médica. Hoy se ha visto de nuevo debido a la aparición de un nuevo testigo. Se trata de Ignacio Frade, quien ha asegurado en la vista que durante la operación el anestesista se ausentó y que no estaba presente cuando él mismo se percató de que se producía una alteración en la frecuencia del ritmo cardiaco de Meño.

Frade ha insistido en que el paciente, que entonces contaba con 21 años, entró en coma porque durante la intervención se desconectó el tubo por donde respiraba. Según ha recordado, el anestesista, tras ser avisado por una auxiliar, acudió a la sala de operaciones y vio lo que ocurría. "Dios mío, se ha desconectado, rápido, oxígeno", ha relatado el testigo que exclamó el anestesista, que intentó reanimar al paciente. Ha contado que hace unos meses vio a la familia Meño en la plaza Jacinto Benavente de Madrid, donde están acampados desde hace un año frente a una de las sedes del Ministerio de Justicia debido a la situación que padecen, y que el caso le pareció "espeluznante", por lo que decidió contar lo que había presenciado hace 21 años.

Una declaración "contundente"

Esta declaración ha sido valorada por el fiscal, que la ha calificado de "contundente" y ha pedido que el Supremo revise este caso porque, si es cierto lo que dice el testigo, "profesionales médicos ocultaron a la familia" la posible causa de lo ocurrido. "La clínica nunca les dijo lo que pasó", ha considerado el fiscal, que ha señalado que lo dicho por Frade es un dato "absolutamente nuevo".

Para el abogado de la familia, Luis Bertelli, su demanda se basa en la "maquinación" que, en su opinión, se produjo para ocultar la existencia de un testigo presencial y ha considerado demostrado que hubo otra operación simultánea a la de Meño en la que intervino el mismo anestesista. Precisamente, este anestesista, Francisco González Martín, ha asegurado este miércoles que no recordaba haber visto al entonces recién licenciado médico durante la operación y ha negado que interviniera en dos operaciones simultáneas.

Mientras, las partes demandadas -el anestesista, el hospital y las aseguradoras- se han opuesto a la revisión del caso al estimar que no existió una maquinación y que el testimonio de Frade no es veraz, ni es una declaración "objetiva y válida".

La larga declaración del testigo, así como la del abogado de la familia, ha provocado que el numeroso público interrumpiera con aplausos al testigo y con gritos de "fuera, fuera" al letrado del hospital demandado. También han celebrado con aplausos la intervención del abogado de la familia, lo que ha provocado que el presidente del tribunal, el presidente de la Sala de lo Civil del Supremo, Juan Antonio Xiol, amenazara con desalojar la sala si se producía otra vez. Al finalizar la vista, la madre de Meño, Juana Ortega se ha mostrado contenta ante los periodistas por lo dicho por el fiscal, pero no por lo puesto de manifiesto por los abogados de las aseguradoras. "He estado 21 años engañada", ha asegurado Ortega, quien ha calificado de "ángel" a Frade.
http://www.eldiariomontanes.es/rc/20101103/mas-actualidad/sociedad/supremo-revisa-caso-joven-201011031817.html

3 nov 2010

Fiscal pide que se juzgue de nuevo el caso del hombre en coma tras operación

03-11-2010 / 17:10 h
Madrid, 3 nov (EFE).- El fiscal ha pedido hoy al Tribunal Supremo (TS) que admita la demanda de revisión para que se pueda celebrar un nuevo juicio sobre el caso de Antonio Meño, un hombre que permanece en coma desde hace 21 años tras someterse a una operación de cirugía estética -una rinoplastia- en una clínica de Madrid que resultó absuelta.
Meño ha acudido hoy en una camilla al Alto Tribunal, en medio de una gran expectación de medios de comunicación y de público, y ha asistido a la celebración de una vista durante unos veinte minutos hasta que ha sido trasladado a una sala contigua.
Este caso se cerró después que un juzgado madrileño, la Audiencia Provincial de Madrid y el propio Supremo rechazaran las demandas de la familia al considerar que no existió negligencia médica y se ha visto hoy de nuevo debido a la aparición de un nuevo testigo.
Se trata de Ignacio Frade, quien ha asegurado hoy en la vista que durante la operación el anestesista se ausentó y que no estaba presente cuando él mismo se percató de que se producía una alteración en la frecuencia del ritmo cardiaco de Meño.
Frade ha insistido en que el paciente, que entonces contaba con 21 años, entró en coma porque durante la intervención se desconectó el tubo por donde respiraba.
Según ha recordado, el anestesista, tras ser avisado por una auxiliar, acudió a la sala de operaciones y vio lo que ocurría.
"Dios mío, se ha desconectado, rápido, oxígeno", ha relatado el testigo que exclamó el anestesista, que intentó reanimar al paciente.
Ha recordado que hace unos meses vio a la familia Meño en la plaza de Jacinto Benavente de Madrid, donde están acampados desde hace un año frente a una de las sedes del Ministerio de Justicia debido a la situación que padecen, y que el caso le pareció "espeluznante", por lo que decidió contar lo que había presenciado hace 21 años.
Esta declaración ha sido valorada por el fiscal, que la ha calificado de "contundente" y ha pedido que el Supremo revise este caso porque si es cierto lo que dice el testigo "profesionales médicos ocultaron a la familia" la posible causa de lo ocurrido.
"La clínica nunca les dijo lo que pasó", ha considerado el fiscal, que ha señalado que lo dicho por Frade es un dato "absolutamente nuevo".
Para el abogado de la familia, Luis Bertelli, su demanda se basa en la "maquinación" que, en su opinión, se produjo para ocultar la existencia de un testigo presencial y ha considerado demostrado que hubo otra operación simultánea a la de Meño en la que intervino el mismo anestesista.
Precisamente, este anestesista, Francisco González Martín, ha asegurado hoy que no recordaba haber visto al entonces recién licenciado médico durante la operación y ha negado que interviniera en dos operaciones simultáneas.
Mientras, las partes demandadas -el anestesista, el hospital y las aseguradoras- se han opuesto a la revisión del caso al estimar que no existió una maquinación y que el testimonio de Frade no es veraz, ni es una declaración "objetiva y válida".
La larga declaración del testigo, así como la del abogado de la familia, ha provocado que el numeroso público interrumpiera con aplausos al testigo y con gritos de "fuera, fuera" al letrado del hospital demandado.
También han celebrado con aplausos la intervención del abogado de la familia, lo que ha provocado que el presidente del tribunal, el presidente de la Sala de lo Civil del Supremo, Juan Antonio Xiol, amenazara con desalojar la sala si se producía otra vez.
Al finalizar la vista, Juana Ortega, madre de Meño, se ha mostrado contenta ante los periodistas por lo dicho por el fiscal, pero no por lo puesto de manifiesto por los abogados de las aseguradoras.
"He estado 21 años engañada", ha asegurado Ortega, quien ha calificado de "ángel" a Frade. EFE cn-cr-jcf

http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=576144

ENLACES A NOTICIAS DE LA VISTA DEL DÍA TRES DE NOVIEMBRE

http://madresconunpar.blogspot.com/2010/11/juana-madre-de-antonio-meno-ortega.html

La chabola de la esperanza
http://www.deia.com/2010/11/07/sociedad/la-chabola-de-la-esperanza






http://www.elpais.com/articulo/madrid/familia/coma/dia/508/elpepiespmad/20101107elpmad_2/Tes


http://www.adn.es/local/madrid/20101103/NWS-1981-antonio-meno-tribunal-supremo.html

http://cosasdebaradeldia.blogspot.com/2010/11/antonio-meno-ortega-y-el-sufrimiento-de.html


http://www.cuatro.com/noticias/noticias/supremo-revisa-caso-joven-lleva-21-anos-coma/20101103ctoultpro_11/


http://www.nytimes.com/2010/10/27/world/europe/27iht-madrid.html?src=twrhp


http://www.diariodenavarra.es/20101103/nacional/un-testigo-caso-meno-declara-anestesista-comprobo-tubo-estaba-desconectado.html?
not=2010110311495759&dia=20101103&seccion=nacional&seccion2=tribunales


http://www.abc.es/20101102/local-madrid/juana-lleva-hijo-coma-201011021151.html?loomia_ow=t0:s0:a16:g4:r4:c0.000000:b38964278:z0


http://www.abc.es/20101019/madrid/lagrimas-juana-hijo-20101019.html?loomia_ow=t0:s0:a16:g2:r1:c0.102331:b38945396:z0

"Espero que se haga la justicia que se me ha negado siempre"

La madre del hombre en coma 22 años confía en que el Supremo haga justicia


Juana lleva 506 días acampada en la plaza Jacinto Benavente para pedir justicia

Un nuevo testigo puede ser clave ya que asegura que el anestesista dejó el quirófano

El Tribunal Supremo ha reabierto el caso tras la aparición de este nuevo testigo

03.11.10
12:00 h. INFORMATIVOS TELECINCO/AGENCIAS



"Espero que se haga la justicia que se me ha negado siempre". Así afronta la madre del joven que lleva en coma 22 años por una operación estética la reapertura del juicio contra el médico que operó a su hijo. Antonio Meño Ortega quedó en coma tras someterse a una intervención de cirugía estética y el Tribunal Supremo revisa este miércoles su caso. La novedad ahora es que hay un nuevo testigo, un médico que asegura que el anestesista dejó el quirófano y cuando volvió el tubo a través del que respiraba Meño se había desconectado. Esta versión desmentiría la aportada por la clínica donde se operó al joven que siempre ha asegurado que Meño vomitó durante la operación.



Juana lleva 506 días acampada en la plaza Jacinto Benavente para pedir justicia por la supuesta negligencia que dejó a su hijo postrado en una cama. Vídeo: Informativos Telecinco

Juana lleva 506 días acampada en la plaza Jacinto Benavente para pedir justicia por la supuesta negligencia que dejó a su hijo postrado en una cama. Esta mujer asegura que siempre ha tenido el apoyo de su familia y de la gente de la calle y esta mañana ha llegado al Supremo entre gritos de "valiente" y "coraje Juana" y aplausos de varias personas congregadas en la puerta.

Nuevo testigo clave en el desarrollo

Esta mujer no ha querido que su hijo faltase al juicio. Antonio Meño ha llegado en una furgoneta acompañado de sus familiares. Ella se muestra "incrédula" pero confía en que el Tribunal Supremo haga justicia. Además, confiesa que hay un testigo que puede ser clave en el desarrollo de la reapertura. Según las palabras de esta mujer, el nuevo testigo asegura que el anestesista dejó la sala de operaciones y no estuvieron pendientes de su hijo en el momento de la intervención. Según ese testigo, durante la operación observó que se producía una alteración del ritmo cardíaco, por lo que avisó al anestesista, que en ese momento estaba en otro quirófano. Cuando llegó, el anestesista -siempre según el testimonio del médico que hoy comparecerá en la vista- comprobó que el tubo a través del que respiraba Meño se había desconectado.

El pasado mes de junio, la Sala de lo Civil del Supremo, siguiendo el criterio de la Fiscalía, aceptó revisar el caso de esta familia, cuyas demandas por negligencia médica contra la Clínica de Madrid, donde se operó, y el anestesista que le atendió habían sido rechazadas, por lo que tuvieron que hacer frente al pago de 400.000 euros por las costas del proceso.

"Mi hijo entró sano y me lo devolvieron así"

"Si todo se arregla el primer plan es descansar", ha añadido Ortega, para quien en este caso ha habido "muchas mentiras y cobardía" porque, según ha relatado, "mi hijo entró muy sano y me lo devolvieron así". Hasta ahora, y después de agotar la vía penal y recurrir a la civil, tanto el juzgado de primera instancia número 11 de Madrid como posteriormente la Audiencia de Madrid -en 2000- y el propio Supremo -en 2008- habían rechazado las demandas de la familia y declarado que no existió negligencia médica.

El paciente, que cuando se sometió a la intervención -una rinoplastia- tenía 21 años y estudiaba Derecho, está en coma vegetativo desde entonces y desde hace más de un año permanece en una tienda de campaña junto a su familia en la plaza de Jacinto Benavente de Madrid, frente a una de las sedes de Ministerio de Justicia. En este campamento tenían una pancarta en la que se podía leer "la Justicia en España no existe", que ha sido arrancada, según ha relatado la madre de Meño, quien ha recordado que anteanoche le dieron un golpe en la cabeza y tuvo que ser atendida por el SAMUR. CGS

http://www.telecinco.es/informativos/sociedad/noticia/100029422/Espero+que+se+haga+la+justicia+que+se+me+ha+negado+siempre
 

El fiscal pide que se juzgue de nuevo el caso de un hombre que lleva 21 años en coma tras someterse a una rinoplastia


Un nuevo testigo declara que el anestesista no estaba en el quirófano cuando al paciente se le desconectó el tubo por donde respirabaAntonio Meño, atado a una camilla desde 1989, ha estado presente en la vista durante unos minutos
El Tribunal Supremo ha revisado la demanda presentada por los padres de Antonio Meño Ortega, un hombre que lleva más de 20 años en coma tras someterse a una intervención de cirugía estética. / Efe

El representante del Ministerio Público ha pedido al Tribunal Supremo (TS) que admita una demanda de revisión para que se pueda celebrar un nuevo juicio sobre el caso de Antonio Meño, un hombre que entró en coma hace 21 años tras someterse a una operación de cirugía estética -una rinoplastia- en una clínica de Madrid que resultó absuelta. Meño ha sido llevado en una camilla al alto tribunal, en medio de una gran expectación de periodistas y de público, y ha asistido a la celebración de una vista durante unos veinte minutos, hasta que ha sido trasladado a una sala contigua.

Este caso se cerró después de que un juzgado madrileño, la Audiencia Provincial de Madrid y el Supremo rechazaran las demandas de la familia al considerar que no existió negligencia médica. Hoy se ha visto de nuevo debido a la aparición de un nuevo testigo. Se trata de Ignacio Frade, quien ha asegurado en la vista que durante la operación el anestesista se ausentó y que no estaba presente cuando él mismo se percató de que se producía una alteración en la frecuencia del ritmo cardiaco de Meño.

Frade ha insistido en que el paciente, que entonces contaba con 21 años, entró en coma porque durante la intervención se desconectó el tubo por donde respiraba. Según ha recordado, el anestesista, tras ser avisado por una auxiliar, acudió a la sala de operaciones y vio lo que ocurría. "Dios mío, se ha desconectado, rápido, oxígeno", ha relatado el testigo que exclamó el anestesista, que intentó reanimar al paciente. Ha contado que hace unos meses vio a la familia Meño en la plaza Jacinto Benavente de Madrid, donde están acampados desde hace un año frente a una de las sedes del Ministerio de Justicia debido a la situación que padecen, y que el caso le pareció "espeluznante", por lo que decidió contar lo que había presenciado hace 21 años.

Una declaración "contundente"

Esta declaración ha sido valorada por el fiscal, que la ha calificado de "contundente" y ha pedido que el Supremo revise este caso porque, si es cierto lo que dice el testigo, "profesionales médicos ocultaron a la familia" la posible causa de lo ocurrido. "La clínica nunca les dijo lo que pasó", ha considerado el fiscal, que ha señalado que lo dicho por Frade es un dato "absolutamente nuevo".

Para el abogado de la familia, Luis Bertelli, su demanda se basa en la "maquinación" que, en su opinión, se produjo para ocultar la existencia de un testigo presencial y ha considerado demostrado que hubo otra operación simultánea a la de Meño en la que intervino el mismo anestesista. Precisamente, este anestesista, Francisco González Martín, ha asegurado este miércoles que no recordaba haber visto al entonces recién licenciado médico durante la operación y ha negado que interviniera en dos operaciones simultáneas.

Mientras, las partes demandadas -el anestesista, el hospital y las aseguradoras- se han opuesto a la revisión del caso al estimar que no existió una maquinación y que el testimonio de Frade no es veraz, ni es una declaración "objetiva y válida".

La larga declaración del testigo, así como la del abogado de la familia, ha provocado que el numeroso público interrumpiera con aplausos al testigo y con gritos de "fuera, fuera" al letrado del hospital demandado. También han celebrado con aplausos la intervención del abogado de la familia, lo que ha provocado que el presidente del tribunal, el presidente de la Sala de lo Civil del Supremo, Juan Antonio Xiol, amenazara con desalojar la sala si se producía otra vez. Al finalizar la vista, la madre de Meño, Juana Ortega se ha mostrado contenta ante los periodistas por lo dicho por el fiscal, pero no por lo puesto de manifiesto por los abogados de las aseguradoras. "He estado 21 años engañada", ha asegurado Ortega, quien ha calificado de "ángel" a Frade.
 
http://www.nortecastilla.es/rc/20101103/mas-actualidad/vida-ocio/supremo-revisa-caso-joven-201011031817.html

LA MADRE DEL HOMBRE EN COMA 20 AÑOS CONFIA EN QUE EL SUPREMO HAGA JUSTICIA

03-11-2010 / 13:50 h
Madrid, 3 nov (EFE).- La madre de Antonio Meño Ortega, el hombre que lleva más de veinte años en coma tras someterse a una intervención de cirugía estética, ha confiado hoy en que el Tribunal Supremo (TS), que hoy revisa su caso, haga Justicia.
"Espero la Justicia que no se me hizo hace veinte años", ha asegurado Juana Ortega, a su llegada a la sede del Alto Tribunal, acompañada de su hijo, quien asistirá en una camilla a la vista pública.
Entre gritos de "valiente" y "coraje Juana" y aplausos de varias personas congregadas en la puerta -entre ellas la madre de otro chico que está en la misma situación que Meño en Lugo- , Meño ha llegado en una furgoneta acompañado de sus familiares.
El pasado mes de junio, la Sala de lo Civil del Supremo, siguiendo el criterio de la Fiscalía, aceptó revisar el caso de esta familia, cuyas demandas por negligencia médica contra la Clínica de Madrid, donde se operó, y el anestesista que le atendió habían sido rechazadas, por lo que tuvieron que hacer frente al pago de 400.000 euros por las costas del proceso.
El Alto Tribunal celebra esta mañana una vista para estudiar la demanda de revisión por negligencia médica presentada por los padres de Antonio Meño después de que un nuevo testigo, un médico que estuvo presente en la intervención quirúrgica que tuvo lugar en 1989 en la Clínica de Madrid asegurara que en contra de lo que se creía hasta ahora el paciente no entró en coma al vomitar después de que lo desentubasen.
Según ese testigo, durante la operación observó que se producía una alteración del ritmo cardíaco, por lo que avisó al anestesista, que en ese momento estaba en otro quirófano.
Cuando llegó, el anestesista -siempre según el testimonio del médico que hoy comparecerá en la vista- comprobó que el tubo a través del que respiraba Meño se había desconectado.
Juana Ortega ha explicado a los periodistas en la puerta del Supremo que lleva esperando Justicia 21 años y cuatro meses y ha asegurado que no conoce al médico que va a testificar hoy, pero -ha dicho- "es un valiente", en el que confía porque "es el único capaz de levantar esto".
"Si todo se arregla el primer plan es descansar", ha añadido Ortega, para quien en este caso ha habido "muchas mentiras y cobardía" porque, según ha relatado, "mi hijo entró muy sano y me lo devolvieron así".
Hasta ahora, y después de agotar la vía penal y recurrir a la civil, tanto el juzgado de primera instancia número 11 de Madrid como posteriormente la Audiencia de Madrid -en 2000- y el propio Supremo -en 2008- habían rechazado las demandas de la familia y declarado que no existió negligencia médica.
El paciente, que cuando se sometió a la intervención -una rinoplastia- tenía 21 años y estudiaba Derecho, está en coma vegetativo desde entonces y desde hace más de un año permanece en una tienda de campaña junto a su familia en la plaza de Jacinto Benavente de Madrid, frente a una de las sedes de Ministerio de Justicia.
En este campamento tenían una pancarta en la que se podía leer "la Justicia en España no existe", que ha sido arrancada, según ha relatado la madre de Meño, quien ha recordado que anteanoche le dieron un golpe en la cabeza y tuvo que ser atendida por el SAMUR
Preguntada sobre si ha recibido amenazas y sobre si puede que esa agresión fuera para que no pudiera acudir a la vista hoy ha contestado que "seguramentes sí", pero que las amenazas se las toma a broma. EFE.


http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=575687

El TS revisa el caso del hombre que lleva 20 años en coma por una cirugía


El paciente se sometió a una rinoplastia cuando tenía 21 años y desde entonces está en coma vegetativo
EFE/MADRID El Tribunal Supremo revisará hoy el caso de un hombre que lleva más de 20 años en coma tras someterse a una intervención de cirugía estética, después de que fueran rechazadas sus demandas por negligencia médica contra la clínica de Madrid donde se operó, y el anestesista que le atendió.
La sala de lo civil del TS acordó el pasado mes de junio admitir a trámite la demanda de revisión presentada por los padres de Antonio Meño Ortega, siguiendo así el criterio de la Fiscalía, y ha citado a las partes a una vista hoy a las 10:30 horas.
El Ministerio Público informó a favor de la revisión del caso después de que la familia de Meño aportara la declaración jurada de un nuevo testigo, un médico que estuvo presente en la intervención quirúrgica que tuvo lugar en 1989 y que asegura que, en contra de lo que se creía hasta ahora, el paciente no entró en coma al vomitar después de que lo desentubasen.
Según ese testigo, durante la operación observó que se producía una alteración del ritmo cardiaco, por lo que se avisó al anestesista, que en ese momento estaba en otro quirófano.
Cuando llegó, el anestesista -siempre según el testimonio del médico- comprobó que el tubo a través del que respiraba Meño se había desconectado.
Hasta ahora, y después de agotar la vía penal y recurrir a la civil, tanto el Juzgado de Primera Instancia número 11 de Madrid como posteriormente la Audiencia Provincial de Madrid -en 2000- y el propio Supremo -en 2008- habían rechazado las demandas de la familia y declarado que no existió negligencia médica.
De hecho, en la última de esas sentencias el Alto Tribunal decía que el daño sufrido por el paciente se explicaba en las resoluciones anteriores -que aseguraban que Meño había aspirado su propio vómito "una vez finalizada la intervención propiamente dicha"- de una forma "minuciosa, coherente y convincente" y descartaba que la "extubación extemporánea" hubiera sido la causante del coma.
Sin embargo, en su resolución, el Supremo aplica el artículo 510.4 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, que establece que "habrá lugar a la revisión de una sentencia firme (...) si se hubiere ganado injustamente en virtud de cohecho, violencia o maquinación fraudulenta".
El paciente se sometió a una rinoplastia cuando tenía 21 años y estudiaba Derecho, y desde entonces está en coma vegetativo, motivo por el cual hace más de un año que permanece en una tienda de campaña junto a su familia en la plaza de Jacinto Benavente de Madrid, frente a una de las sedes del Ministerio de Justicia.

http://www.farodevigo.es/sociedad-cultura/2010/11/03/ts-revisa-caso-joven-lleva-20-anos-coma/487302.html

2 nov 2010

Juana lleva a su hijo, en coma, al Supremo

Manaña se revisa el caso de Antonio Meño, en estado vegetativo desde hace veintiún años por negligencia médica
Juana lleva años atendiendo a su hijo Antonio

«¡Claro que me llevo a mi hijo hasta el Tribunal Supremo. Es la única prueba que tengo de lo que pasó!». Lo dice Juana Ortega, la madre de Antonio Meño, en estado vegetativo desde que en 1989 sufrió un fallo en la anestesia cuando se operaba de una rinoplastia. Esta familia lleva año y medio viviendo en la plaza de Jacinto Benavente. Haga frío o calor; lleva o nieve. Mañana se reabre su caso en Tribunal Supremo gracias al testimonio de un médico que el día de la intervención quirúrgica estaba en el quirófano, de aprendiz. Juana y su marido, Antonio también, lo tienen claro: han preparado una camilla y una furgoneta para llevar a la sala a su hijo.

«Me han dicho que la vista de mañana va a ser pública. Es muy doloroso pero nos llevamos a Antonio para que la Justicia compruebe que no hemos mentido nunca sobre lo que pasó en aquel quirófano», ha manifestado a ABC Juana Ortega, quien asegura que trasladarán a Antonio, hoy con 42 años, en una camilla ya que en silla (normal o de ruedas) no puede estar. La furgoneta no es alquilada; es la que otro hijo de Juana compró a sus padres para poder trasladar a su hermano cuando haga falta.

En coma barbitúrico

Como ABC informó el pasado 19 de octubre, el Tribunal Supremo ha decidido reabrir este caso después de que, el pasado mes de febrero, el doctor I. F. G. pasara fortuitamente por la plaza de Jacinto Benavente y al ver allí el chamizo-protesta de la familia Meño Ortega recordó que él había estado, como facultativo en prácticas, en la sala de operaciones donde se operaba al joven Antonio, entonces con 21 años, deportista y estudiante de segundo de Derecho, de una cirugía plástica en la nariz. I.F.G. Declaró que, en efecto, el tubo de anestesia endocraneal «se había desconectado» y que tras intentar ventilar al paciente «con oxígeno puro ... dejaron al paciente en coma barbitúrico y pasó a la UVI», se afirma en su declaración.

Ni Juana ni su familia quieren dinero. Piden justicia. Esa que se les ha hurtado los últimos 21 años. En una primera instancia el anestesista —que reconoció su fallo— fue condenado. Hubo apelaciones. De esta familia, de la clínica y de las aseguradoras. Los Meño Ortega fueron condenados en costas. Hoy deben 400.000 euros y tienen orden de embargo de su casa, en Móstoles.
 
MARÍA ISABEL SERRANO / MADRID


Día 02/11/2010 - 13.03


http://www.abc.es/20101102/local-madrid/juana-lleva-hijo-coma-201011021151.html

El Supremo revisará este miércoles la sentencia que condenó a la familia a pagar 400.000 euros

El Supremo revisará este miércoles la sentencia que condenó a la familia a pagar 400.000 euros


MADRID, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
La familia de Antonio Meño, en coma desde hace 22 años por una operación de nariz, ha confiado en que el Tribunal Supremo anule la sentencia que les condenó a pagar 400.000 euros en costas y reabra la posibilidad de un nuevo juicio ante el hallazgo de un nuevo testigo que presenció los hechos ocurridos el 3 de julio de 1983 en el quirófano.
El abogado de la familia, Luis Bertelli, ha expresado las esperanzas de las familia de Meño en que el Alto Tribunal dicte una nueva sentencia en la que se reconozca que el anestesista no estaba aquel día en el quirófano, lo que daría lugar a un nuevo juicio.
"Los hechos judiciales de la sentencia que se revisará no se sustentan porque hay muchas irregularidades y contradicciones. La familia aspira a una ayuda ahora que no le quedan fuerzas tras estos años de lucha", ha indicado el letrado.
El Tribunal Supremo celebrará este miércoles una vista pública a las 10.30 horas en la que revisará la sentencia que condenó a la familia a pagar 400.000 euros en concepto del coste del procedimiento civil que les llevó hasta el procedimiento judicial.
La audiencia tendrá lugar después de que el Supremo haya admitido a trámite un recurso de revisión de sentencia interpuesto por el abogado de la familia, Luis Bertelli. El letrado presentó el escrito tras la aparición de un nuevo testigo en el caso: un estudiante que estaba en la operación y observó que las pulsaciones de Meño se alteraban.
Se trataba de una versión totalmente opuesta a la ofrecida por el anestesista presente en la intervención. Días antes a la entrega, esta persona se personó en la plaza de Jacinto Benavente, donde la familia acampó para reivindicar una reapertura del caso, y comentó con la madre de Meño que le pasaba a su hijo.
Tras el visto bueno de la Fiscalía, el Supremo ha decidido fijar una vista para valorar esta nueva prueba y, en su caso, revocar la sentencia dictada en 2008.
"Este caso fue una negligencia médica. Los padres de Antonio, dos sexagenarios de Móstoles, ya son mayores y no pueden atenderlo. Necesitan una indemnización económica para que alguien le siga cuidando cuando no estén", comentó hace unos días a Europa Press la compañera de Despacho de Bertelli.
UNA OPERACIÓN ESTÉTICA
La historia de Antonio Meño empieza el 3 de julio de 1983, cuando este estudiante de Derecho de 20 años, se sometió a una operación estética de nariz en una clínica madrileña, que no resultaba ni siquiera necesaria. La intervención quirúrgica se realizó con anestesia general y duró, según el cirujano, entre 20 y 25 minutos.
Sin embargo, el anestesista indicó más del doble, una hora. El resultado fue que del quirófano salió Antonio en coma vigil irreversible, con las funciones intelictivas y cognoscitivas completamente abolidas y dependiendo de los demás para poder realizar sus necesidades más elementales.
Sus padres denunciaron la situación ante el Juzgado de Instrucción nº 19 de Madrid, que condenó al anestesista porque, según el relato de los hechos y las pruebas, cabía hablar de "una cierta imprudencia en la actitud" de este profesional, con lo que la familia podría cobrar la indemnización que permitía cubrir las atenciones que necesitaba Antonio.
Según recoge esta sentencia, el anestesista procedió a la extubación del paciente sin existir evidentes signos de que Antonio hubiera recuperado la respiración espontánea. A los cuatro o cinco segundos de haberle retirado el tubo le sobrevino un vómito y debido a su falta de reflejos por no haber recuperado la respiración, lo tragó, aspirándolo por vía aérea, y le causó un broncoespasmo que le dejó sin oxígeno.
Sin embargo, el anestesista recurrió en apelación su sentencia condenatoria y la sección séptima de la Audiencia Provincial de Madrid revocó la dictada en primera instancia, absolviéndole y dejando a la víctima sin la indemnización. Fue cuando a los padres de Antonio sólo les quedó la vía civil y acudieron al Tribunal Constitucional.
Posteriormente perdieron en primera instancia, en apelación y en casación. De hecho, los tres jueces que conformaron el tribunal de apelación -ahora demandados- aseguraron que no existía "viso alguno" que permitiera inducir que "haya sido confeccionado ad hoc o en función del proceso" la actuación del anestesista.
Los padres continuaron su batalla en los juzgados y recurrieron al Tribunal Supremo, que desestimó el recurso de los Meño por no haber combatido en él la culpa del anestesista. La familia se quedó sin letrado y pidió al Alto Tribunal un abogado y un procurador del turno de oficio para interponer un incidente de nulidad contra esa sentencia.
La petición del abogado y procurador de oficio la efectuaron los Meño el 14 de julio y a día de hoy todavía no le han sido nombrados estos profesionales, aunque la familia ya cuenta con defensa, la Fundación Jurei (Justicia Responsable e Independiente), que tras conocer la historia, acordó hacerse cargo de la situación.


http://www.europapress.es/madrid/noticia-familia-antonio-meno-confia-supremo-vuelco-caso-hallazgo-nuevo-testigo-20101102132355.html

El TS revisará el caso de Antonio Meño, el hombre que quedó en coma tras una operación

El TS revisará el caso de Antonio Meño, el hombre que quedó en coma tras una operación
El Tribunal Supremo ha aceptado revisar el caso de Antonio Meño, un hombre que lleva más de veinte años en coma tras someterse a una intervención de cirugía estética y cuyas demandas por negligencia médica contra la clínica de Madrid donde se operó y el anestesista que le atendió habían sido rechazadas anteriormente.

En un auto de su sala de lo civil, el Supremo ha acordado admitir a trámite la demanda de revisión presentada por los padres de Antonio Meño Ortega y ha dado a las partes un plazo de veinte días para que contesten a la misma "sosteniendo lo que a su derecho convenga".
El Alto Tribunal sigue así el criterio de la Fiscalía, que informó a favor de la revisión del caso después de que la familia de Meño aportara la declaración jurada de un nuevo testigo, un médico que estuvo presente en la intervención quirúrgica que tuvo lugar en 1989 y que asegura que, en contra de lo que se creía hasta ahora, el paciente no entró en coma al vomitar después de que lo desentubasen.
Según ese testigo, durante la operación observó que se producía una alteración del ritmo cardiaco, por lo que se avisó al anestesista, que en ese momento estaba en otro quirófano. Cuando llegó, el anestesista -siempre según el testimonio del médico- comprobó que el tubo a través del que respiraba Meño se había desconectado.
Demandas rechazadas

Hasta ahora, y después de agotar la vía penal y recurrir a la civil, tanto el Juzgado de Primera Instancia número 11 de Madrid como posteriormente la Audiencia Provincial de Madrid -en 2000- y el propio Supremo -en 2008- habían rechazado las demandas de la familia y declarado que no existió negligencia médica.
De hecho, en la última de esas sentencias el Alto Tribunal decía que el daño sufrido por el paciente se explicaba en las resoluciones anteriores -que aseguraban que Meño había aspirado su propio vómito "una vez finalizada la intervención propiamente dicha"- de una forma "minuciosa, coherente y convincente" y descartaba que la "extubación extemporánea" hubiera sido la causante del coma.
Sin embargo, en la resolución notificada ahora, el Supremo aplica el artículo 510.4 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, que establece que "habrá lugar a la revisión de una sentencia firme (...) si se hubiere ganado injustamente en virtud de cohecho, violencia o maquinación fraudulenta".
El paciente, que cuando se sometió a la intervención -una rinoplastia- tenía 21 años y estudiaba Derecho, está en coma vegetativo desde entonces, y desde hace más de un año permanece en una tienda de campaña junto a su familia en la plaza de Jacinto Benavente de Madrid, frente a una de las sedes del Ministerio de Justicia.

http://www.madridiario.es/2010/Junio/madrid/suceso/188837/ts-caso-antonio-meno-coma-operacion.html

1 nov 2010

El Tribunal Supremo revisa el miércoles el caso de un hombre 20 años en coma tras operarse

Noticias EFEMadrid, 31 oct (EFE).- El Tribunal Supremo revisará el próximo miércoles el caso de un hombre que lleva más de 20 años en coma tras someterse a una intervención de cirugía estética, después de que fueran rechazadas sus demandas por negligencia médica contra la clínica de Madrid donde se operó, y el anestesista que le atendió.
La sala de lo civil del TS acordó el pasado mes de junio admitir a trámite la demanda de revisión presentada por los padres de Antonio Meño Ortega, siguiendo así el criterio de la Fiscalía, y ha citado a las partes a una vista el próximo miércoles a las 10:30 horas.

El Ministerio Público informó a favor de la revisión del caso después de que la familia de Meño aportara la declaración jurada de un nuevo testigo, un médico que estuvo presente en la intervención quirúrgica que tuvo lugar en 1989 y que asegura que, en contra de lo que se creía hasta ahora, el paciente no entró en coma al vomitar después de que lo desentubasen.

Según ese testigo, durante la operación observó que se producía una alteración del ritmo cardiaco, por lo que se avisó al anestesista, que en ese momento estaba en otro quirófano.

Cuando llegó, el anestesista -siempre según el testimonio del médico- comprobó que el tubo a través del que respiraba Meño se había desconectado.

Hasta ahora, y después de agotar la vía penal y recurrir a la civil, tanto el Juzgado de Primera Instancia número 11 de Madrid como posteriormente la Audiencia Provincial de Madrid -en 2000- y el propio Supremo -en 2008- habían rechazado las demandas de la familia y declarado que no existió negligencia médica.

De hecho, en la última de esas sentencias el Alto Tribunal decía que el daño sufrido por el paciente se explicaba en las resoluciones anteriores -que aseguraban que Meño había aspirado su propio vómito "una vez finalizada la intervención propiamente dicha"- de una forma "minuciosa, coherente y convincente" y descartaba que la "extubación extemporánea" hubiera sido la causante del coma.

Sin embargo, en su resolución, el Supremo aplica el artículo 510.4 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, que establece que "habrá lugar a la revisión de una sentencia firme (...) si se hubiere ganado injustamente en virtud de cohecho, violencia o maquinación fraudulenta".
 
http://www.elcorreo.com/agencias/20101031/revisa-miercoles-caso-hombre-anos_201010311140.html